Si bien se viene trabajando en el traslado de los animales, lo cierto es que aún quedan varias especies de camélidos y yaguaretés. Lo que pone en evidencia el retraso en la puesta en marcha del nuevo Bioparque, con la consiguiente incertidumbre por el futuro de los trabajadores.

Así las cosas, los empleados del ex zoológico denuncian la periódica falta de agua, así como el deterioro edilicio del predio por falta de provisión de materiales para garantizar los arreglos. A eso se añaden sus demandas por elementos de seguridad, herramientas y ropa de trabajo, que genera que realicen sus tareas en malas condiciones.

Luis Galizzi, delegado de ATE Municipales, conversó con NOVA y explicó que "no sabemos qué va a pasar", y su mayor temor es "que se vaya vaciando el parque y haya traslado de trabajadores". A eso hay que sumarle la insalubridad que ya fue decretada por la Subsecretaría de Trabajo y que no se implementa.

Ante esa situación, desde el gremio enviaron una serie de notas dirigidas al secretario de Espacios Públicos y Gestión Ambiental, Marcelo Leguizamón, de quien depende el ex zoológico, solicitando que se informe con claridad cuál va a ser el futuro de lugar y los empleados.

Cabe señalar que, según lo proyectado, el nuevo Bioparque será algo más parecido a un jardín botánico, con un espacio para animales de menor tamaño. Pero como no se informa, no hay mayores precisiones "y no sabemos cómo sigue la parte arbórea que es la que va a tener más preponderancia", acotó Galizzi.