Como es de público conocimiento, la inseguridad en el territorio bonaerense alcanzó niveles alarmantes, y los casos más recientes lograron reavivar ese malestar. Uno de ellos fue el asesinato de Kim Gómez, una niña de 7 años, en La Plata, durante un robo perpetrado por dos menores en febrero de 2025.

El crimen, que involucró un intento de arrojar a la pequeña por la ventanilla de un auto, generó protestas masivas y destrozos en la municipalidad platense, con vecinos exigiendo justicia y señalando la inacción del Gobierno provincial. Las redes sociales estallaron con hashtags como "KicillofRenunciá", donde usuarios compartían videos de la marcha y acusaban al gobernador de “vender humo” mientras las familias viven con miedo.

La bronca no se limita a La Plata. En Moreno, el homicidio de Lucas Aguilar, un repartidor de 20 años asesinado en enero de 2025 tras intentar defender a un vendedor ambulante, marcó otro punto de inflexión. Aguilar, quien horas antes había denunciado la inseguridad en un noticiero de C5N, se convirtió en un símbolo de la desprotección que sienten los bonaerenses.

El caso resonó en los medios, con editoriales que apuntaban a la falta de patrullaje y políticas efectivas en el conurbano. En X, los posteos de vecinos indignados se multiplicaron, con mensajes como “Kicillof no está haciendo nada, está del lado de los delincuentes”.

Con un año electoral en curso, la inseguridad avanzando a pasos agigantados y las pocas obras públicas de las cuales jactarse, Kicillof no está pasando por un buen momento y, claramente, la foto de él en el Club Deportivo no ayudan en lo más mínimo a que sea visto como un funcionario que funciona.