Entre la represión y la esperanza: El regreso de los Castro a La Plata luego de la última Dictadura Militar
Por Alejandro Casalongue, de la redacción de NOVA
Tras los oscuros años de la dictadura militar en Argentina (1976-1983), encabezada por Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti, la familia Castro regresó a La Plata en 1980 bajo libertad revisada. La dictadura, que derrocó al gobierno democráticamente elegido de Isabel Martínez de Perón, marcó un período de represión y censura, pero también de esperanza para muchos ciudadanos cuando, finalmente, la democracia sería restaurada.
Ambos, Cacho Castro padre y Cacho Castro hijo, regresaron a su ciudad natal luego de años de exilio. El padre, Cacho Castro, comenzó a trabajar en la Dirección de Hipódromos, mientras que su hijo, Cacho Castro Jr., inauguró el icónico bar La Trattoria en 1980, junto a sus amigos Lino Patronelli y Gustavo Morchón. El bar rápidamente se convirtió en un lugar emblemático para los platenses, simbolizando la resiliencia de la familia en tiempos difíciles.
A pesar de las restricciones impuestas por su situación de libertad revisada, ambos no abandonaron su militancia peronista. En 1981, Cacho Castro Jr. asumió como concejal en el Partido Justicialista de La Plata, continuando su trabajo político y su compromiso con los ideales de justicia social que lo habían guiado a lo largo de su vida.
Ambos vivieron bajo vigilancia hasta el 30 de octubre de 1983, fecha en que, tras años de represión, el pueblo argentino finalmente pudo votar y restaurar la democracia. Raúl Alfonsín fue elegido presidente, marcando el regreso de la libertad para millones de ciudadanos, incluyendo a los Castro, que sufrieron años de persecución por sus ideales peronistas.
Con el retorno a la democracia, la familia Castro pudo disfrutar de un período que no habían vivido plenamente debido a la opresión de la dictadura. Continuaron militando en el peronismo ortodoxo a través del Partido Justicialista de La Plata, viviendo finalmente una libertad que había sido un sueño durante años.
Hoy, la historia de los Castro es un testimonio de lucha, resistencia y la importancia de la democracia, simbolizando las cicatrices de una época oscura y el renacer de un país con esperanza y compromiso social.