El Hospital de Niños de La Plata se encuentra totalmente abandonado por la pésima gestión provincial
El Hospital de Niños Sor María Ludovica de La Plata, uno de los pilares históricos de la salud infantil de la provincia de Buenos Aires, se encuentra en un estado crítico, sumido en el abandono y la desidia de una gestión provincial que no parece estar a la altura de la gran trayectoria de esta institución, un verdadero símbolo sagrado para la salud provincial.
Según informa el medio Crítica, el hospital, ubicado frente al Parque Saavedra, en la intersección de las calles 14, 65, 15 y Avenida 66, enfrenta un deterioro estructural alarmante. El viejo edificio, que desde su inauguración ha sido un faro de esperanza para miles de familias, ahora presenta techos filtrados, paredes agrietadas, instalaciones obsoletas y un estado general que pone en peligro la calidad del servicio que allí se brinda.
A pesar de las precarias condiciones edilicias, el hospital continúa funcionando gracias a la dedicación y el profesionalismo de su personal médico, que sigue brindando atención de excelencia en medio de un contexto muy desfavorable. Los médicos, enfermeros y demás trabajadores del hospital, en su mayoría con un altísimo nivel de compromiso, se ven obligados a trabajar en un entorno que no refleja el prestigio ni la importancia histórica de la institución.
La paradoja es evidente y según los datos aportados por Crítica, mientras los profesionales siguen ofreciendo lo mejor de sí, las instalaciones se derrumban lentamente, sin que la gestión provincial parezca encontrar una solución a este problema de fondo. El hospital, que alguna vez fue un ejemplo de vanguardia en la salud infantil, hoy enfrenta serios desafíos estructurales y de equipamiento que requieren una intervención urgente.
El estado de abandono del Hospital Sor María Ludovica es un reflejo de la creciente crisis en el sistema de salud pública provincial, que sigue golpeando a los sectores más vulnerables de la sociedad. Mientras tanto, la comunidad platense y de toda la región continúa exigiendo respuestas concretas de las autoridades, quienes parecen no reconocer la gravedad de la situación.
A pesar de los esfuerzos del personal médico, el deterioro del hospital es cada vez más evidente, y la preocupación crece entre los vecinos y familiares de los pacientes, quienes temen que las condiciones actuales puedan poner en riesgo la atención que reciben los niños que necesitan cuidados de alta complejidad.