La otra preocupación que mantiene en vilo a Gimnasia son los problemas que arrastran al actual jefe de la Barra Brava, Cristian “El Volador” Camilleri, y el traspaso interno de la jefatura de la hinchada de uno de los clubes grandes de la capital bonaerense.

Se trata de una vieja pelea que comenzó a materializarse en las tribunas que dan al bosque de la cancha de uno de los dos clubes populares de La Plata y que mantiene en vilo a la política bonaerense.

El reparto de las entradas para el partido de cuartos de final de la Copa Argentina generó un nuevo enfrentamiento entre el jefe de la barra y “Marcelito”, el hijo del histórico dueño de la barra, “El Loco” Fierro, Marcelo Amuchástegui amenaza con tomar el control de los trapos y pararse en el principal paravalanchas de la tribuna que da al bosque.

Según trascendió, la mirada de Cowen en no salir golpeado en la asamblea y dejó de lado los acuerdos con la barra oficial y los socios que se muestran como “la verdadera 22”. Fuentes policiales le dijeron a NOVA que hay “una alerta” por lo que puede pasar en la ruta hacia Santa Fe y avisaron que se reforzará la custodia y el sistema de controles para que puedan hacer el cambio de provincia sin inconvenientes.

Lo cierto es que la bandera histórica que tiene la cara de los principales acompañantes de “El Loco Fierro” estará en Santa Fe para el partido contra Boca y será el momento para aprovechar la toma del poder del paravalanchas.

Por el lado del Volador, acusan una movida política y la pegan a la interna que vive la UOCRA, con Iván “El General” Tobar como el principal responsable. Pese a que Tobar es el dueño de la barra de Estudiantes, desde la vereda de enfrente ponen el conflicto como político y acusan a tener “la defensa de los pinchas”.

El Volador tiene el control del para avalanchas desde hace 25 años y lo heredó luego de la muerte del Loco Fierro en un enfrentamiento con la policía en Santa Fe, justamente. Ahora, su hijo con el mismo nombre sale a reclamar su trono como un juego familiar.