En ese contexto, trascendió que la bajada de línea desde Balcarce 50 es que en lo que resta del 2024 gasten esfuerzos para “formar un bloque libertario puro” en el recinto de sesiones que da a calle 11.

En las elecciones que depositaron a Javier Milei en la Casa Rosada LLA coló dos ediles en el CD. Guillermo Bardón -un monzonista- y María Florencia Defeo. Pero al poco tiempo, en medio de una metamorfosis sin precedentes del mapa del cuerpo deliberativo, esa bancada se pasó a denominar Buenos Aires Libre bajo la clara influencia de Piparo, que de hecho a principios de este año fue al municipio -donde fue funcionaria de Julio Garro- y revolucionó el gallinero.

De hecho, este multimedios pudo confirmar que ya hay charlas activas entre el sector de la legisladora nacional y el de Patricia Bullrich, que tiene una banca en La Plata ocupada por María Belén Muñoz, quien conformó hace ya más de un semestre el bloque PRO Libertad. Todavía nadie “sacó los pies del plato”, pero la idea, dicen, es que el bloque empiece a funcionar con nuevo nombre en las primeras sesiones del 2025.

El desaire del camporismo a Alak y Kicillof

Como describió NOVA durante la semana, los ecos del acto del núcleo duro del kirchnerismo en el club Atenas -encabezado por Máximo Kirchner- todavía resuenan en los pasillos y despachos del poder.

En el Palacio municipal y Gobernación todavía despotrican por el “ninguneo” al intendente Julio Alak y el gobernador Axel Kicillof, que desde hace tiempo está distanciado a pesar de las puestas en escenas del fundador de la “Orga” e hijo de Cristina Fernández de Kirchner.

De cara a las legislativas del año que viene las posturas parecen irreconciliables. “Es el manejo de la lapicera estúpido”, describió un dirigente del peronismo clásico parafraseando a James Carville, el asesor de campaña de Bill Clinton y autor de la célebre frase utilizada por el entonces candidato demócrata estadounidense.

Este cuadro de situación también se refleja en el deliberante platense, donde la bancada de Unión por la Patria (UP), presidida por el camporista Pablo Elías, por momentos es un hervidero más allá de las posturas homogéneas que los ediles muestran todas las semanas en las votaciones.